jueves, 23 de julio de 2009

Ave Maria (este poema a sido inspirados por la madre mas grande Maria la madre del salvador)


Ave Maria

Grande Maria palabra
Dicha por un ángel de lo divino
Por admiración a tu gran belleza.


Ese espíritu celestial
Expreso asombro o maravilla.

Como saludo al citar a tu puerta
O unirse a ti madre en tu casa.
Grito de alegría regaló el querubín
Al sentir tanta humildad
En una solo persona.


Al percibir cualidades de sencillez
Dar testimonio de humildad en esa joven
Solo salieron de eso labios celestes
Cinco hermosas palabras
A-ve- Ma-ri-a

La Muerte tiene derecho


La muerte tiene derecho


Lady escucha el canto del gallo, después de soñar que la muerte está tan cerca de él y no se da cuenta. Sale corriendo de su casa por el sueño tan grande que tiene y no se da cuenta que está en paños menores. Así se presentó en la casa de Abelardo, su amigo de infancia para preguntarle sobre lo que acaba de soñar.


– ¿Qué tan cerca está la muerte de nosotros, Abelardo?


Abe, como le dicen desde pequeño, lo mira de arriba abajo y se pregunta si es que se está volviendo loco, porque parece que después morir su esposa, ha quedado con problemas, pues él amaba a esa mujer...


–Lady, la muerte está tan cerca de nosotros, que pasa a veces frente a nuestras narices.
Con cara de asombro y asustado más que una cabra, Lady dice:


– ¿Cómo así? Dime. Explícame claro, no te entiendo, soy medio idiota.


–Ladiyon, cuando sales de casa, o te levantas, puedes tropezar y caerte, y morir... Mas trágico suena que cruzando la calle te arrolle un camión. Ahí está la muerte, y no la esperabas.
Abe no termina de hablar con Ladiyon; pues ahí sale Guañinga, con quien le pega los cuernos a Rosaura, mientras ella cuida a su madre. Esta ocurrente mujer, sin mirar al frente para ver si por ahí viene Rosa, vocifera.


–Abelardo, huevo largo, ven, que tengo frío, deja a ese loco, que su señora lo venga a buscar, que ni ella quiere saber de él, tan feo que ni la muerte lo viene a buscar, pues ésta no detrás de nadie tan horrible.
Lady siente como que estuviera soñando y se burlan de él.


–Abe, ¿pero ésa no es tu mujer?


Abelardo lo mira y se muere de risa, y es que la falta de mujer lo está enloqueciendo.


–Huevón, ¿no lo ves? Sabes muy bien que yo no soy serio, tú sí lo eres, mi hembra está cuidando a la suicida, para que diga la suegra qué voy a hacer dormir con la sabana. Además, esa suicida de la mujer de Erdi, esa tiene que irse para donde su marido.


Lady curioso por saber a quien el se refiere, pregunta.


- ¿Quien es Erdi?


Abelardo le responde rápidamente.


- ¿No sabes quien es Erdi? El diablo


Lady, triste por como Abelardo habla de su consejera, se molesta. Y dice.


- Tan seria que es tu mujer y tu tan desgraciado.
Abelardo, muy sonriente, responde:


- Un cuerno al año no hace daño y uno al mes, no se ve. Así que recuerda donde encontraron a serio y se murió de risa.


Lady, para botar el golpe va a casa, sale en la bicicleta pensando en lo que es un hombre infiel con su señora, que no merece que le monten los cuernos, dando pedal sube la adrenalina, en el cruce de calles aparece un burro, Lady, da un frenazo, y estos frenos se rompen. Para no arrollar el necio burro, dobla para el Hoyo de Chulín, allá abajo los espera estacionado el carro del comandante Morillo, más ladrón que los gatos, sin frenos en la bici, va pensando ahora si me llegó quien no esperaba, donde está la muerte, viene ahora, y en un abrir y cerrar de ojos se queda pegado como calcomanía en el carro.

Una niña que lo vio bajar como un sepelín fue a ver como quedaba.


- Señor, ¿pero aun está vivo? Pensé que había muerto como bajo y choco era para que lo recogieran con cuchara. Preguntó la niña a Lady.


Lady, delirando por el susto tremendo, casi se va por la raya amarilla pregunto
- ¿Eres uno de eso querubines? ¿Por que eres tan preciosa? ¿Estoy en el cielo, fue que vino un ángel a buscarme?
La niña, que lo ve delirando, responde.


- Lo sabía que estaba delirando, de no quedar como calcomanía quedaba muerto, señor, la muerte no está de su parte, bajase y tirese del puente para que lo compruebe. La niña lo ayuda a subir pasando por la calle del cementerio.


La niña, con gesto de que está loco, volvió a decirle.
- Bye no sea tan mentiroso diciendo que soy un ángel por que los tigres me decir que me parezco a una flor de inodoro.


Como si se hubiese evaporado en el polvo del cementerio, la niña desaparece.
Lady, de vuelta a su casa se topeta con Abelardo. Quien lo esperaba con una broma pero al verlo como viene, Abelardo empieza a relajar.


- Vaya, vaya, vaya váyase, a bañar ladiyon donde estaba con ese mal olor a excremento estaba evacuando y dejaste el papel, mírate la nariz, eso es para que sepa que la muerte está en tus narices y lo tengas siempre presente, ese rasguño en la nariz también le sucede eso es una premonición de los tres días antes de morirte.

Lady, ¡exclama!


- ¡Que jodienda! Que fuñenda, ¿donde esta la muerte? ¿Por que no viene a buscarme? quiero estar solo.

- Con ese mal olor, ni tu te aguantas, ¿donde demonios estabas con ese “bajo”? Sé que estas delirando, pero no que está al borde de la locura. -Respondió Abelardo.

Lady se va diciendo, quiero estar solo, no con cuernuces. Es como si estuviera volviéndose loco Abe, que detrás de él lo escucha decir:


- Oh, Zeus por qué dispusiste que las mujeres viesen la luz del sol, si son cebo engañoso para los hombres. -Iba diciendo Lady.

Repite lo mismo como si estuviera diciendo el monólogo de Hipólito. Como todo loco, al fin buscando un espacio en blanco en su cabeza, los locos siempre buscan los lugares cerca del mar, se sientan al lado de una roca del tamaño de Quisqueya, a pensar sobre la muerte, pensando solo cosas que por su cabeza pasan. Que la muerte es quimera, cuando yo existo ella no existe, cuando yo no existo, ella existe. Solo esas preguntas caben en su cabeza, ¿estaré preparado para cuando llegue la muerte? Se preguntaba Lady.

Al cabo de una hora estaba sonando viento fuerte, piedras cayendo de esos pellotes como le dice mi abuelo a esa piedra de “to el say”, el viento fresco que arreciaba hizo que Lady se tomara una sieta. De repente cae ese pegote de piedra una roca que dejó a Lady como una fotocopia, en joven que venía de la plazoleta de los vago se paró a orinar encima de la roca ante de derrumbe y mira Asia abajo.
-¡Hay lo mate! Ya si me jodi, dijo el joven

Lady se para como si no le hubiese pasado nada, dice de forma que su rostro daba pena de lo asustado.

- Ahorra si estoy en el infierno pero yo era bueno en la otra vida, no merezco estar aquí.
El joven que piensa que Lady está razonable dice.


- Eso dice todo el mundo después que se cansan de cojerle las mujeres a los amigos.

Lady creyendo que está en el infierno responde con voz de loco al joven.


- Pero diablo ni tu te salva de Abelardo huevo largo ya paso por aquí y te coció la mujer que zángano ¡eh!

El joven se da cuenta que Lady no está cuerdo le responde.

- Mire, compadre, yo seré feo y tenga los cuernos más grande que la torre Eiffel pero no soy el diablo me entendió, caballero. Perdóneme por el derrumbe solo orinaba en la roca y se cayo de le gracia al poderoso porque usted nació hoy le sacan fotocopia a su cuerpo con ese pellote y quedo vivo eso es que ni el diablo lo quiere en su casa.

Lady, se para y lo mira y le dice.

- Vale pero usted no es mas feo en el mundo por que yo existo, si no fuese los mas feo que exista en la faz de la tierra como te llaman negro bello boquita de péndelo pero este es mas loco que yo.

- No existe parque sin loco que lo rodee pues para que hablar con este borracho,


Respondió enojada. El joven


A lo que Lady, le devuelve el rebote,


- borracho, ésa tu abuela en media partí.


El Joven, inquieto no sabe que hacer, se exclama
¡El discutir con el ignorante es como discutir con un borracho no discuta con un borracho!, que como discutir con un abogado nunca pierde un caso Asís son los borracho.

Lady se menea como si tiene ladilla en club meneándose se cae del banco de la plazoleta de los vagos y todo lo que escuchaba era a un presidente de una institución de loco que está dando un discurso para la presidencia de loco.

- Wao, pero, ¿donde esta la muerte que ni en sueño me viene a buscar? ¿Será que ella está en Acapulco, que no viene a buscarme? -Preguntaba Lady.

Hora más tarde se da vuelta a su casa, pasa por donde Abelardo con un fuerte dolor de cabeza.
- Abelardo ¿que tiene por hay para el dolor de cabeza? Pregunto Lady.

Abelardo, para joder un ratito, le dice:


- Lady, tu sabes que esos dolores de cabeza dan tres días antes de morirte, ya tu esposa, de quien tanto hablas, está cerca de venirte a buscar, espérala, que mañana viene.

Lady quiere ver la muerte del dolor de cabeza pero Abelardo relajando le da voces.

Lady, desesperado, pues no aguanta el dolor de cabeza, le dice:

- Abe, no jodas, que me estoy muriendo del dolor.

- A mí que me importa, ve dile guañinga, que te dé una de la pastilla, que está al lado de la tele. -Le respondió Abelardo


Lady, desesperado, va y la busca, se toma la pastilla con mucha calma, a los dos minutos, el dolor de cabeza desaparece. Pero a los vente minutos, siente un cosquilleo en el estómago, junto a ese cosquilleo lo acompaña un corredero que lo hace llegar al baño sin darse cuenta pasaron cinco horas y Lady no sale del baño, está deshidratado. Al fin sale del baño va para donde Abelardo.

- ¿Qué es lo que me han dado? ¡Eso era para matarme!, ¿verdad? -pregunto Lady a Abelardo y le sigue reclamando-. Pensé que era mi amigo pero me quiere matar

Sale corriendo, cruzando la calle el joven feo que estaba en el sueño por fin aparece en un cabezote y lo batea a tres cuadras de donde estaba, mientras iba cayendo preguntaba.

- ¿Dónde está la muerte? Maldita sea, esta la muerte está de vacaciones, pero de esta me atrevo a librarme, exclamó Lady antes de caer al suelo.

Cae en el pavimento.


- ¿Quién me llama? ¿Es que no tengo derecho a tener un viernes social? Ya se me calentó la cerveza, coño… -Dijo la muerte-.

martes, 7 de julio de 2009

Libertad después de muerto ( Este poema ha sido inspirados por la fortaleza que tuvo el Edward durante su corta vida fue valiente humilde)


Libertad después de muerto

Tuviste Beneficio de abandonar la prisión,
Al pasar de la vida a moribundo
Se te otorgo por tu salud precaria

A los penados en el último período de tu condena,
Estando sometido a la posterior observancia de tu buena conducta
Siendo un niño mentalmente

Con tu siempre inocencia haciendo el papel de prisionero liberto
Situación estuviste atravesando durante un periodo de siete años
Sin beneficio de pueden gozar de libertad.

Con fianza o sin ella los procesados,
No sometiéndote durante la causa a prisión preventiva
Teniendo en número de la perfección
Guardando injustamente detrás de barrote
Hasta conseguir la libertad
Siendo fuerte después de morir.

Seudónimo Enanito Verde

lunes, 6 de julio de 2009

Este poema fue inspirados para mi hermano El soldado Edward (falleció de un derrame celebrar a su 26 año el primer día de septiembre del año 2007)

El soldado Edward

Libremente te alista para el servicio esforzado
Eres ágil en el cuerpo donde se te necesite
Siempre sirve de a algo o para alguien necesitado,

Eres partidario de cualquier trabajo asignado a ti o alguien,
No te importa de quien sea la labor
Eres un hombre sabio.

Siendo noble y careciendo de asistencias
Para subsistir con sencillez,
Goza de ciertas distinciones en tu cuerpo,
Como son el uso de la espada,
Para combatir holgazanería
Siendo privilegiado de la juego
De la labor humanitaria

Ha servido muchos años,
A distinción del nuevo y aprendiz
De la vida inhumana.
Tu ha servido todo el tiempo
Ha estado obligado,
Y permanece en el regimiento
Hasta obtener la licencia
Del poderoso para estar junto en la vida
Donde no hay fatiga para ti soldado Edward
.

Muerte millonaria Mencion honorifica (Premio Nacional de Cuento Feria del libro, 2006)


Muerte millonaria



Pedro camina en El Mirador, escuchando música de jazz; y toda esta mañana le ha pedido a Dios que le deje caer en la cabeza un maletín repleto de dinero, aunque el golpe lo deje por muerto.

Todos los domingos visita el pabellón de las palomas; escuchando la música, mirando hacia el mar, aparentando lo que no es. Viste ropa de “jevito”, para gustar a las damas que visitan el parque, en busca de una mujer madura que esté llena de dinero.


Él y sus amigos Leoncio y Chepe están en la misma situación de miseria y desespero, tanto, que hasta se tiene que meter juntos a los mortuorios de cada día, para comer, rogándole a Dios que todos los días se muera una persona, “solo así podemos comer, todo el año pasamos por esto”.
Y, mientras el próximo velorio llega, Pedro escucha la discusión de sus amigos, que, en estos tiempos, gira en torno del mismo problema.


–Mira, Chepe –dice Teodoncio–, éstas son todas mis verdades. Quisiera tener un trabajo para no seguir en esta situación; fíjate, estoy igual que Pedro; míralo que ya no sale de su casa por la vergüenza. ¿Qué puedes aconsejarme tú? Los empleos no están fáciles.
Chepe no sabe qué decir.
–¡Chepe, te hice una pregunta! ¿Te comieron la legua los ratones? Hace horas que estoy hablando contigo, y no me respondes.
–Ah, ¿hablabas conmigo, Teodoncio?
–Sí, contigo, Chepe.
–Teodoncio, ¿no tendrás tú por ahí aunque sea un plátano de anoche para yo comer?
–No me divagues el tema. Te he hecho una pregunta… Bueno, creo que tengo algunos pedazos de plátano. Iré a buscártelos…
Pero Teodoncio se queda avergonzado porque, al destapar la olla, se da cuenta de que ya no hay nada en ella. Y se va murmurando, por el hecho de que no tiene nada qué llevarle a su amigo. A su regreso al patio, encuentra a Chepe casi muerto, tirado largo a largo, con un ataque quién sabe de qué, quizás de hambre.
–¡Chepe!… ¡Chepe!…
Trompadas, bofetadas, y no reacciona
–¡Chepe!… ¡Chepe!
Asustado, le echa agua, más agua... En lo que Teodoncio se va quitando los zapatos para descansar los pies, Chepe reacciona y respira lentamente. Teodoncio se queda pasmado de vergüenza, pensando que el mal olor de su calzado fuese el causante del milagro de revivir a su amigo.
–¡Chepe, abre los ojos!
–Dame un poco de ese pan, Teodoncio.
–¿Cual pan, Chepe? Si tengo cuatro días que no voy a uno de esos velorios para comer… No te arrodilles ante mí, no tengo ni una migaja de pan; no te atrevas a lamerme los pies; no te atrevas, te repito, a lamerme los pies, quítate, tú no eres gente de esa clase.
–No te lamo los pies, mi amigo, sino la migaja de pan.
Dicho esto, Chepe se pone en pie de un salto y sale corriendo con los zapatos de Teodoncio en las manos. Va de prisa. Teodoncio reacciona, y salta sobre su amigo.
–¡Mis zapatos! ¡Suéltalos! ¡Son míos!
Y sigue la trifulca entre estos dos por los zapatos. Pedro, que se había divertido bastante con la discusión de sus amigos, ve ahora la pelea, e interviene.
–¿Que hacen ustedes, par de idiotas?
–Oh, que Chepe me quiere coger los zapatos y los quiere vender por un plátano de a peso –responde Teodoncio.
–¿Qué plumada hablas?
–Tú sabes que a Teodoncio sólo se les pueden creer dos cosas: que él es quien habla y que lo que él habla es mentira. ¿Cómo se va comer él las cosas solo? Tengo hambre, llevo alrededor de cuatro días que no como nada… Esa migaja de pan me abrió el apetito.
A Pedro, que es el más viejo de los tres, se le enrojece el rostro y pregunta:
–¿Dónde están los zapatos?
Chepe se los pasa, y Pedro los toma en la mano, los observa y dice luego:
–Pero estos zapatos son de mi pertenencia. A mí fue que me los robaron. En mi casa molestaba un ratón, yo le puse pan envenado dentro de los zapatos, y esa misma noche entró un ladrón a mi casa: en silencio sacó mis zapatos de debajo de la cama y después salió “como un sepelín”. Lo malo fue que no solo me robó el calzado sino que también se llevó el pan envenado del ratón.
Al oír esto, Chepe, lleno de miedo, se pone tembloroso, y, lleno de sudor, cae tieso como una guanábana, y la trifulca pasa por el momento.
–Teodoncio, ¿tu comiste también de ese pan envenenado?
–No, gracias a Chepe no llegué a comerlo.
–¡Qué bueno que así fuera, Teodoncio!
–Pedro, ¿qué sucede si uno come ese pan?
–La muerte te llega lentamente, te aprieta la garganta y te arranca atrozmente la vida, y aún no estás muerto, sigues vivo… Como todavía está Chepe.
–No sé, pero es nuestro compañero, y a pesar de que está muriendo, te burlas de él.
–No debe morir –Exclama Pedro–. ¿Quién lo velará y le hará el mortuorio? Dime; contesta, sulfurado Teodoncio.
Entonces se oye allí, muy clara, la voz de Chepe, que habla desde lo más profundo de su hambre vieja.
–Amigos, no me traten así, solo quería unirme a ustedes, al club de los velorios, porque no tengo quién me dé un peso –dando sus últimos suspiros–. Tengo veinte días que no como nada, y me voy; pero le rogaré a Dios que envíe a la muerte, a buscar personas todos los días, para que ustedes puedan vivir por un gran tiempo… Denme algo de comer...
–Te morirás, como quiera –dice Pedro–, cómete este pedazo de pan. Es tu último deseo. Y ya estás jodido de todas maneras... Ya está cayendo la noche. Yo me acostaré a dormir aquí mismo. Teodoncio, déjalo que termine de agonizar, mañana haremos un escándalo para fingir que sentimos su muerte, y tal vez nos den algo para enterrarlo.
–Eres un bárbaro; pero tienes razón, Pedro… Yo también voy a dormir.
Mientras se acuestan y se quedan dormidos, un sonido rarísimo viene desde el cielo, y algo sólido choca con las ramas del árbol que les da cobijo, y cae directamente sobre la cabeza de Pedro, quien no tiene tiempo ni siquiera de saber qué ha pasado. Teodoncio se ha dado cuenta de inmediato y va hacia su amigo, lo examina con el oído en el pecho, le toma el pulso, y nada. Luego comenta:

–Acaba de morir también Pedro… Lo acaba de matar un maletín que cayó del cielo. ¿Qué tendrá adentro ese maletín? Mientras tanto, Pedro y Chepe son dos muertos para velar y enterrar, lo que me den ahora será para mí. Es mejor dividir entre uno que entre tres. De que es mejor, es mejor.




Seudónimo Enanito Verde

El primer beso se da con los ojos (Premio Nacional de Poesía Feria del libro 2005 mencion de honorifica)


El primer beso se da con los ojos

Aunque tú has de ver
Que en la nube mi imagen
Se ha confundido,
Es para sacarle el sumo
A este quimérico amor
Que así como el cleptómano,
Te lo ha robado.


Ahora te digo que en la tormenta
Es donde se conoce el buen piloto,
Y todavía la nube esta perezosa
Y no he perdido el equilibrio.
Mírame a los ojos,
Que sólo desde que te amo,
Se que estoy vivo.


Mirándome a los ojos me dices:
¨ te aclaro que amor cuesta caro
Y es necesario resignarse a vivir sin él
O conquistarlo por su precio ¨.
Por eso te digo
Que el primer beso se da con los ojos.


Pseudónimo: Enanito Verde

domingo, 5 de julio de 2009

Encontré la Belleza de la Flor tercer lugar (Premio Nacional de Poesía Feria del libro, 2007).


Encontré la belleza de la flor


Nacen Rosa, brotan Claveles,
Florecen Margaritas, prosperan Orquídeas,
Salen a flote Violetas, surgen Rubís,
Alumbran Girasoles cada día más
En mi jardín menos la rosa negra
Apasionada luminosa la rosa negra
Iluminadora de mi vida.

Pasan estrellas, luceros, cometas,
Se cuelan constelación, galaxia,
Suenan trueno, relámpago,
Entran Luminaria aerolito,
Brillan sol, Astros Signo

Cada noche en mi cielo
Destrejado menos la luna
Fluorescente dadora
De brillo A mi cielo.


Desfila Enero, febrero, Marzo,
Pasa Abril, Mayo, Junio,
Marcha Julio, Agosto Septiembre,
Circulan Octubre, noviembre
Todos los años de cada ciclo
De cada milenio de mi calendario
Menos el Diciembre friolento
Hacedor de mi vida melancolía
Sin encontrar los más suspirado
Por mi espíritu la rosa negra
Nunca ha de entrar mi vida.


Paso la vida viendo estrella
Pasar día, meses, años
Filtrarse ciclos, milenio
Oliendo Rosa, Claveles,
Olfateando Margarita, Orquídea,
Merodeando Violeta, Rubís,
Hurgando flores, Girasol,
No encuentre la fragancia
Ni belleza en mi vergel

Hasta encontrar la belleza
De la flor en el huerto
De eso ojos negros

De esa rosa negra.