domingo, 13 de junio de 2010

Samaná lugar donde Dios se va descanzar


Quien viaja a la República Dominicana, normalmente busca sol, arena, mar, naturaleza… pero esto no quiere decir que sea lo único que tenga para ofrecer. La identidad dominicana es un mundo rico y pintoresco, producto de una historia milenaria y de epopeyas locales que se reflejan en su arquitectura, artesanía, gastronomía, música, fiestas, mitos y creencias.

La Península de Samaná está situada en el extremo noreste de la República Dominicana, entre la Bahía de Samaná y la Bahía Escocesa. Se extiende en dirección oeste-este a lo largo de 58 km, con una anchura mínima de 7,5 km. desde Sánchez hacia el norte y máxima de 18,5 km. desde Los Cacaos en el sur, hasta Las Tres Puntas al norte.

Esta hermosa miniatura de la península italiana, siempre ha gozado de un encanto único y diferente. Su notoriedad se remonta a la llegada de Cristóbal Colon, al que los indios Ciguayos, antiguos habitantes de la isla, recibieron con una lluvia de flechas. Por este motivo a una parte de la bahía se le denominó el Golfo de las Flechas. La Península de Samaná siempre ha atraído visitantes, no solamente por sus bellas playas de arena dorada, con orillas sombreadas por miles de cocoteros (posee la mayor cantidad de cocoteros por metro cuadrado del mundo), sino por su posición estratégica en la geografía caribeña. Las incursiones francesas, alternando con la intrusión de los bucaneros ingleses, fueron muy frecuentes. En el siglo XIX los seguidores de Napoleón querían edificar en Samaná la ciudad napoleónica, y hasta los Estados Unidos ofrecieron comprarla por un millón de pesos.
La península es una de las tierras mas longevas de la isla, emergida del fondo del mar hace unos 500 millones de años. Prueba de esta larga historia serian los yacimientos de hulla o carbón en el municipio de Sánchez y de la inmensa reserva de mármol Portoro, cuya exclusividad en el mundo la poseen Italia y la República Dominicana en Samaná. El hecho de estar apartada por las montañas del resto de la civilización parece una razón natural para que
aquí todo discurra de forma un poco diferente al resto del país. Encontraran muy pocos resorts "all included", siendo la mayor parte de su oferta hoteles, cabañas y bungalows de ambiente familiar o un poco más grandes.
La Península de Samaná es un destino ideal para los amantes de la naturaleza, la aventura y el deporte. Descubra sus atractivos visitando sus aldeas rurales, sus interesantes cuevas y cavernas, sus cayos e islotes en medio de la bahía, lomas verdísimas, grandes extensiones de cocoteros, bosques, riachuelos, farallones, ensenadas y, por supuesto, sus maravillosas y abundantes playas de aguas turquesas, escondidas, solitarias, salvajes...

Arquitectura
Las más amplias descripciones de las casas indígenas quisqueyanas son las da Fernández de Oviedo en su Historia General y Natural de las Indias, donde nos describe dos tipologías utilizadas: una de planta circular y techo cónico llamada caney, y otra rectangular llamado bohío, con techo a dos aguas y las principales con galerías frontales. En cuanto a los materiales constructivos, sabemos que utilizaban productos vegetales típicos como yagua, cana, yarey, guano, palma, bejuco, etc., y el método constructivo era con postes de madera que enterraban en el suelo y cañas sujetadas por bejucos con los techos de palma o paja, dejando en lo alto un respiradero, recubierto por un caballete, para la salida del aire caliente y del humo de las brasas que siempre mantenían dentro de las casas.Durante las últimas décadas del siglo XIX y a lo largo del XX se van perdiendo muchas de las tradiciones y conocimientos constructivos que fueron pasando de generación a generación, desarrollados por los diferentes grupos que han habitado esta isla.
Las casas rurales samaneses corresponden al modelo llamado vernáculo y tienen un volumen simple que constituye el cuerpo principal del hogar. El rectángulo es la forma más empleada. La colocación de las casas no responde a ningún criterio establecido, siendo bastante desorganizada. La vida se hace fuera de la casa, utilizando ésta sólo para dormir. Los pavimentos son normalmente de tierra, aunque cada vez más se encuentran pavimentos de cemento pulido, los cuales se extienden hacia el exterior de la casa a manera de zócalo de protección o plataforma. Los muros, ya sean de horcones, tejamanil o tablas de palma, normalmente van pintados de diferentes colores, con pinturas hechas con pigmentos minerales, aunque cada vez más utilizan pintura industrial. El modelo construido a base de un forro de yaguas, tanto en muros como en techos, es el más simple y carente de color. Las cubiertas, normalmente de cana, pueden ser a dos o cuatro aguas. Por la carencia o alto costo de la cana, los techos son sustituidos por láminas de zinc acanaladas, las cuales convierten el interior de la casa en un ambiente caluroso.Cuando las viviendas adoptan materiales industrializados, formas más complejas y son construidas ya no por los usuarios ni en convites, sino por maestros constructores, entonces pasamos a otra categoría de arquitectura a la cual denominamos popular. Esta arquitectura la encontramos más en el ámbito suburbano o urbano y a lo largo de carreteras. Estas viviendas utilizan madera aserrada, ventanas de madera con celosías, normalmente tienen balcones, pavimentos de cemento pulido, en ocasiones con color, y las cubiertas de láminas de zinc tienden a ser más complejas. Aparecen elementos decorativos como tragaluces de madera sobre puertas y ventanas, así como cresterías caladas en los aleros. El color sigue siendo un elemento importante, tomando aún más fuerza que en los modelos vernáculos, debido ante todo a la utilización de toda la gama de pintura industrializada, teniendo predilección por colores vivos como amarillo, rojo, rosado, verde y azul, con los detalles decorativos muchas veces en blanco o una combinación de los colores mencionados. Esta arquitectura a la que podríamos llamar también antillana, tiene más influencias francesas, inglesas y de otras naciones europeas establecidas en el archipiélago de las Antillas, en el mar Caribe.En tema de arquitectura cabe mencionar las casas victorianas de Sánchez, aún que se encuentren hoy en día en pesímo estado. Estas casas fueron
construidas en honor a la reina Victoria de Inglaterra por su gran cooperación y entusiasmo en el desarrollo de las artes, la ciencia y la literatura. En los primeros años de la fundación de Sánchez constituyeron un gran atracción para turistas nacionales e internacionales, pero la falta de mantenimiento y la indiferencia de las autoridades han permitido que algunas se desplomaran y que otras se arruinaran sin intervenir.El estilo, como decimos es el Victoriano, caracterizado por la búsqueda de lo tradicional de la arquitectura vernácula inglesa. Se introdujo en el país en la década de 1870. Encontró gran desarrollo también en la ciudad de Puerto Plata, que en este período, igual que Sánchez, ostentó un puerto de gran intercambio comercial con el extranjero.Las edificaciones están construidas principalmente en madera (debido al costo), y también en ladrillo, constituidas de estancias poliédricas (de tres a cinco lados) que operaban como ventanas salientes. En las fachadas se notan multiplicaciones de saledizos, cornisas, aquilones, ventiladores, columnetas y balaustres torneados. Los festones de los aleros lucen calado diverso y su uso se extiende a los topes de galerías y a las fachadas laterales. Los elementos rústicos en madera, son finamente trabajados. Se hace largo uso de piezas en hierro, fabricadas en serie, importadas y ensambladas en la isla. Se distinguen variantes de estilo "angloantillano" y "gingerbread" (pan de jengibre) caracterizadas por puertas y ventanas francesas, inglesas y americanas y los balcones victorianizados.
Gastronomía